Personas
No tuve elección, no elegí casarme con él, no elegí vivir con él, me obligaron a hacerlo y ni siquiera preguntaron mi opinión. Tampoco se la preguntaron a esos pobres animales que hoy no pueden correr por el campo, que hoy no pueden jugar porque ese rastrero los mató. ¿Por qué lo hizo? Para tenerme callada y controlada, sumisa y obediente a sus órdenes y deseos porque nos considera seres inferiores, meros objetos a su disposición. Yo pregunto aquí y ahora: ¿Acaso no somos iguales? ¿No tenemos dos ojos, dos piernas y dos manos? Y en el caso en el que hubiese perdido alguna, ¿no somos, al fin y al cabo, personas? ¿Acaso no amamos, no lloramos, no comemos, no hacemos todo lo que vosotros hacéis? Sí que somos personas. Personas que tenemos miedo a salir de nuestras casas por miedo a no volver. Personas que luchan por sobrevivir. Personas que conseguirán algún día acabar con el odio que nos acecha.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.